Page 15 - PARATODOS NOVIEMBRE_2020

complot de los demócratas para
contar “votos ilegales”. Pide parar el
conteo de votos en algunos estados.
Las autoridades electorales desechan
sus demandas por falta de pruebas.
Todo va de mal en peor para Trump,
que se halla intratable.
Los medios cancelan una transmisión
en vivo de Trump a través de las
principales cadenas televisoras del
país enlazadas en tiempo real, “por
decir mentiras”. La costa Oeste y el
Noreste se pintan de azul, en tanto
que el centro del país, de norte a sur,
se colorea de rojo. Los estados más
poblados del país, excepto Texas y la
Florida, le dan a Joe Biden el número
mayoritario de votos populares y
de delegados al Colegio Electoral,
suficientes para ser nombrado
oficialmente presidente del país.
Cinco días después de las elecciones,
sábado 7 de noviembre, Pennsylvania
vota por Biden. Jaque mate.
El Partido Demócrata
controlará la agenda nacional
A reserva de que la información
de las votaciones en cada estado
de la Unión Americana se valide
oficialmente, Donald Trump vuelve
a perder, como hace cuatro años, el
voto popular por un margen del 3 por
ciento de la población, al contarse
50.5% de los votos de los ciudadanos
para Biden, y 47.7% de Trump. Con
Pennsylvania, Biden alcanza 279
electores rebasando el número
mágico de 270 electores necesarios
para ganar la presidencia, quedando,
al cierre de edición, 45 electores por
definir de cuatro estados.
Los demócratas retienen el control
de la Cámara de Representantes
con una holgada diferencia de 211
curules demócratas contra 197
asientos republicanos. Al obtener
un escaño más en el Senado de la
República, los demócratas empatan a
los republicanos con 48 escaños cada
partido, mientras que cuatro escaños
están inciertos. Se obtiene la mayoría
en el Senado con 51 asientos. En
caso de empate con 50 escaños, el
voto de diferencia lo daría la nueva
vicepresidenta electa, Kamala Harris.
Mientras que Trump no reconoce
la victoria de Biden y asegura que
“la elección está lejos de haber
finalizado”, en las calles de las
principales ciudades del país, el
festejo celebrando la derrota de
Donald Trump es masivo, alegre y
pacífico. Es el fin de la Era Trump.
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